domingo, 18 de octubre de 2009


Partiendo de su misma esencia etimológica, la zona de producción de Somontano se extiende "a pie de monte", en el llano del Pirineo de la provincia de Huesca en la Comarca de la que toma el nombre.

La zona de producción de la Denominación de Origen Somontano presenta tres zonas diferenciadas: las sierras, el Somontano propiamente dicho y las llanuras. Su extensión total suma más de 200.000 hectáreas de superficie de las que cerca de 100.000 están cultivadas. De estas últimas, más de 4.700 se dedican a la viña.

Somontano limita al norte a con las comarcas del Sobrarbe y Ribagorza, entrando en contacto por el oeste con la Hoya de Huesca, al sur con los Monegros y al este con la comarca de la Litera.

La zona de producción de Somontano se localiza, principalmente, en la comarca del mismo nombre y está constituida por 43 municipios. Su emplazamiento medular en el centro geográfico de la provincia de Huesca, equidistando perfectamente de sus extremos, le confiere un valor funcional de primer orden en el eje socioeconómico más pujante de la provincia que articula la comunicación Aragón - Cataluña y Navarra-País Vasco.

El clima de Somontano se caracteriza por contar con inviernos fríos y veranos calurosos con cambios bruscos de temperatura al final de la primavera y del otoño. La temperatura media anual puede situarse en 11 grados centígrados.

Las precipitaciones van descendiendo de norte a sur y de oeste a este, aumentando por esto y por el aumento de las temperaturas, la necesidad de agua de las plantas. La media anual puede situarse alrededor de 500 milímetros.

La Denominación de Origen Somontano fue creada en 1984 y desde entonces ha evolucionado de forma positiva a través del campo de acción del Consejo Regulador, la aparición de nuevas marcas de vinos, la instalación de nuevas bodegas y el trabajo profesionalizado de los viticultores. Todo ello ha potenciado la consolidación y prestigio de esta zona vitivinícola.

El informe “Los vinos de Aragón. Una oportunidad de mercado” de AC Nielsen, exponía que “Somontano” había liderado en Aragón el proceso de innovación total de la producción y comercialización de vinos “creando una imagen totalmente nueva a través de nuevas variedades”. Ésta es otra de las claves que explica el crecimiento de estos vinos del Alto Aragón. Paralelamente, la apuesta y priorización de la calidad de los vinos y la estabilidad de los precios cierran la fórmula matemática que explica la positiva trayectoria de esta Denominación de Origen.

Uno de los últimos informes de esta prestigiosa auditoría indicaba que Somontano es la tercera Denominación de Origen española más reconocida por el consumidor de vino.

El Somontano ha tenido la viña entre sus cultivos desde el siglo II antes de Cristo y durante esas fases iniciales de la historia vinícola su desarrollo vivió diferentes etapas en las que su presencia tuvo mayor o menor relevancia en la situación social y económica de la zona.

La plaga de la filoxera, que aniquiló las viñas de Francia y gran parte de Europa en el siglo XIX, supuso el impulso del sector gracias a la llegada de bodegueros que buscaban zonas idóneas para la plantación de vid y elaboración de vinos. Fue el caso de Francisco Lalanne, fundador de una de las bodegas más antiguas existentes hoy en día en Somontano cuyo apellido da nombre al “chateau” que atesora la tradición familiar y la elaboración artesanal de sus vinos.

De esa misma época datan otras bodegas que ya acogen a varias generaciones de historia vinícola como Fábregas y Osca. Se trata de empresas que elaboran entre 100.000 y 300.000 botellas al año de vinos de calidad.

Viñas del Vero, Enate y Pirineos son las tres bodegas de mayor capacidad de producción (entre 3.500.000 y 6.000.000 de botellas) y las que lideraron -con su entrada en la Denominación de Origen en los años 90- el desarrollo y éxito de los vinos de esta zona a nivel nacional.

Junto a ellas, Somontano cuenta con otros proyectos de gran envergadura recientemente incorporados en la Denominación como Bodegas Olvena, Laus o Irius. Proyectos en los que la arquitectura se adapta a las necesidades de la elaboración de grandes vinos a la par que posibilita la visita de turistas y especialistas y se alía con la cultura y el diseño. Sus capacidades de producción varían entre uno y cinco millones de botellas cada año.

Monclús, Valdovinos, Dalcamp, Otto Bestué, Sierra de Guara, Ballabriga, Aldahara, Raso Huete, Abinasa y Meler son bodegas de tamaño intermedio que –cada una con su toque personal, su historia y su filosofía- viven la elaboración del vino desde empresas familiares que elaboran entre 50.000 y 500.000 botellas de vino al año maridando la calidad con la riqueza del Somontano.

Monclús, Valdovinos, Dalcamp, Otto Bestué, Sierra de Guara, Ballabriga, Aldahara, Raso Huete, Abinasa y Meler son bodegas de tamaño intermedio que –cada una con su toque personal, su historia y su filosofía- viven la elaboración del vino desde empresas familiares que elaboran entre 50.000 y 500.000 botellas de vino al año maridando la calidad con la riqueza del Somontano.